Las listas de música de este año han sido las más difíciles de decidir. Mi top 20 ha cambiado más de 12 veces, y probablemente publicaría una lista distinta mañana. Es virtualmente imposible seguirle la pista a todos los lanzamientos, así que ésta es una porción de los discos que escuché y amé en, el que estoy segura, ha sido el mejor año en música.
30. The Books - The Way Out
29. Liars - Sisterworld
28. Jónsi - Go
27. Janelle Monáe - The ArchAndroid
26. Ra Ra Riot - The Orchard
25. Gold Panda - Lucky Shiner
24. The Walkmen - Lisbon
23. Sleigh Bells - Treats
22. Best Coast - Crazy For You
21. Wild Nothing - Gemini
20. Local Natives - Gorilla Manor
19. Zola Jesus - Stridulum II
18. Yeasayer - Odd Blood
17. The Radio Dept. - Clinging To A Scheme
16. Tame Impala - Innerspeaker
15. Flying Lotus - Cosmogramma
14. Menomena - Mines
13. The Black Keys - Brothers
12. The Besnard Lakes - The Besnard Lakes Are the Roaring Night
11. Phantogram - Eyelid Movies
10. No Age - Everything In Between
Los primeros 35 segundos de ‘Life Prowler’ dan la tónica de lo que es el ambiente perfecto que han creado estos dos chicos. Combinando sonidos y estilos de tal manera, que lo que podría parecer caótico y ruidoso, en realidad termina siendo armonioso. El mejor consejo que puedo dar para escucharlo es acostarse en la grama, observar los rayos de sol a través de las ramas de los árboles, y dejarse llevar con ‘Dusted’ y ‘Positive Amputation’, o con cualquiera de las canciones más rápidas, que con ayuda de la guitarra que persiste por horas en tu cabeza, te llenarán de paz y del lo-fi más kick-ass del año.
9. Titus Andronicus - The Monitor
La urgencia en la voz de Patrick Stickles es suficiente para mantenerte al borde de tu asiento si entiendes al menos 1% de la política del mundo. Con crudeza, gritos y todo el combo incluído. Casi se podría decir que es un Conor Oberst escandaloso. Los mantras furiosos, la batería adueñándose de varias canciones, los quotes de Abraham Lincoln y Walt Whitman, el descontento y la inconformidad del ayer y el ahora, y las letras interminables que parecieran no han dicho suficiente en cada canción. Todo esto en un álbum conceptual tan genial que requiere que lo escuches con el mayor volumen posible, y prestándole mucha atención. ‘A More Perfect Union’ es perfecta para comenzar la hermosa sinfonía dedicada a la Guerra Civil Americana, pero yo lo voy a interpretar como una gran patada a todo la política sucia que rige al planeta, y este no ha sido un año ligero en ese aspecto, en lo absoluto.
Es clara la dedicación que pusieron en éste álbum y el sentido del humor presente en 'Theme From Cheers’ y ‘A Pot In Which To Piss’.
Ya hace falta que alguien produzca un álbum tan majestuoso como éste en Latinoamérica, especialmente en este país donde se respiran tiempos fuertes por venir. “Moriremos peleando o suicidándonos” si se quiere resumir el álbum.
Algo es seguro: te pateará y te dejará pidiendo más. Sientes que fuiste a la guerra y estás vivo para contarlo.
8. The National - High Violet
Recuerdo haber leído el comentario: “Si no sientes la conexión con éste álbum, nunca te has emborrachado estando sólo” y es la descripción más apropiada de éste álbum, ever. La voz de Matt Berninger siempre me ha transmitido ese pesar, ansiedad y sentimiento tan profundo y característico de la banda que, definitivamente, no puede dejar de regalarnos álbum perfecto, tras álbum perfecto.
Alligator sigue siendo mi favorito después de tantos años, tantas arrugadas de corazón al ver un video nuevo, tantos suspiros, y tanta ansiedad al saber que sacarán algo nuevo; pero este probablemente le quita el puesto a Boxer como mi segundo favorito. Se mantuvieron a la altura de un año muy exigente a nivel musical, lleno de mantras, lleno de “Sigamos celebrando aunque el mundo se esté derrumbando”. The National sabe que lo importante no es sólo llegar, sino hacerlo de la manera correcta.
7. Warpaint - The Fool
Estas cuatro chicas de Los Angeles han tenido el hype más merecido este año. Son humo y espejos a primera vista, pero no sabes en qué te vas a meter cuando comienzas a escuchar la primera canción. Sus presentaciones en vivo es lo que terminan haciéndoles justicia cada vez.
Para mí este álbum trabaja en 3 niveles: la ejecución de los instrumentos, las letras, y la atmósfera. Por separado son geniales, los unes y obtienes la revelación del año para mí.
El sonido impecable de los instrumentos reafirman la fe en lo que sea que creas, los basslines de Jenny Lee Lindberg enamorando mis oídos en especial, los arreglos de 'Composure', 'Shadows' y 'Undertow' resaltan entre el resto, incluso con lo extraño que pueda parecer la mezcla del álbum.
Las letras son etéreas, y lo que las hace flotar es sin duda la voz hipnotizante de Emily Kokal, y la arrulladora de Theresa Wayman, que al comenzar a solaparse se convierten en una misma.
El efecto que logran lo voy a comparar con la sensación de estar cayendo al vacío, en cámara lenta, y aterrizar en un montón de hojas de otoño.
The Fool es oscuro, extraño y adorable, y te persigue hasta el punto de soñar con las canciones. Lindberg mencionó que el orden de las canciones fue decidido para que pueda ser escuchado mientras estés ‘pegado’, y que se disfruta mejor en ese estado. Irónicamente este álbum se convirtió en mi droga de este año, y no fueron necesarias sustancias para volar.
6. Sufjan Stevens - The Age of Adz
Todos estos años que he escuchado la música de Sufjan Stevens he sentido una certeza: ser músico es una de las mejores profesiones del mundo. Pero ser un músico de verdad, transmitir un mensaje honesto, contenido que valga la pena. Sufjan siempre ha logrado eso, incluso hasta de una manera noble, sin dejar de divertirse y ser él mismo en el proceso, dando su percepción del mundo y del arte; algo que aprecio todos los días en músicos. En The Age of Adz no compromete su amor a lo excéntrico, y aunque tal vez baja el tono con lo épico de sus álbumes anteriores, continúa haciendo bellezas como 'Too Much', 'I Walked', 'Now that I’m Older', y la que bien podrían ser 5 canciones, la épica 'Impossible Soul'.
Si bien en este álbum experimentó con el auto-tune y varios compararon tal hecho con el apocalipsis, reinventa sin alejarse de su sonido. Sí, tiene más beats, pero no significa que son bailables; continúa componiendo desde ese heartache, y sigue impregnando ese sentimiento de niño incomprendido que es tan adorable.
Sufjan Stevens es un acertijo que espero nunca descifrar.
5. Arcade Fire - The Suburbs
La gente de Arcade Fire logró en un lapso menor a 2 años lo que muchos músicos sueñan con lograr en toda su carrera: hacer al menos un álbum que llegue a los corazones de la gente y que sea clásico, trascendental, y ¿Por qué no? que David Bowie quiera cantar sus canciones. No sólo lograron eso con Funeral en el 2004, sino que tienen este y Neon Bible para respaldarlo; lo que los hace merecedores de la adoración de muchos, y en consecuencia odiados por otros, y el más inmenso respeto de mi parte. El mensaje que puede parecer redundante en The Suburbs, y que básicamente es el que me han transmitido desde el comienzo, es el de ellos/nosotros/tú/yo vs. el mundo, el sentimiento que nos hace querer ser niños de nuevo, de repente. De igual manera las letras nunca se han quedado cortas en dar esperanza, alegría y en reafirmar lo lindo que estar vivos. Con este álbum establecen una crítica más social, más específica que en Funeral, que era una visión más amplia de la vida, y en Neon Bible que era una crítica más política. 'Modern Man' y 'Rococo' son prueba de la crítica social que menciono, y no pueden faltar los típicos himnos característicos de estos canadienses, como 'We Used to Wait' y 'Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)'. Fundamentalmente Arcade Fire ponen otro granito de arena en la música de esta generación, probando una vez más su habilidad para hacernos sentir que no estamos solos, que la lucha es constante y que los corazones se llenan de felicidad una canción a la vez. Yo siempre se los dejo a ellos, saben lo que están haciendo.
4. Kanye West - My Beautiful Dark Twisted Fantasy
Quisiera hacer esta reseña sin entrar en materia de Kanye, separar el artista del producto, no entrar en detalles de su ego o su psyche, pero no puedo. Su grado de autoconciencia es tan elevado en este álbum, que sería extraño no discutirlo. No hay que negar que tiene un gusto impecable, y sabe cómo mezclar eso con música accesible, bien definida y excelentemente producida. Todos los meltdowns y episodios de locura públicos han traído a Kanye a este producto, a esta epifanía, a escupir todas las cosas que le pasan por la cabeza, sin censura, a sus arranques de megalomanía, presentes en 'Power', a su sarcasmo en 'Monster', a su necesidad de escapar en 'Lost In The World', y a eventualmente contradecirse, y a justificarse una y otra vez diciendo que trata de buscar un balance entre las luces, las cámaras y la creatividad que siempre lo han definido. 'All of the Lights' es una de mis favoritas porque refleja parte de lo que se trata el fenómeno Kanye.
Aparentemente mi relación de amor/odio con Kanye West encontró su balance con este disco. Sin embargo, he aprendido a apreciar el genio que se esconde tras las palabras vacías que dice el 80% del tiempo desde The College Dropout. Tal vez debería ocuparse de cantar y crear y dejar de llamar tanto la atención, cuando eres tan bueno, no necesitas hacer mucho alboroto, la gente lo nota.
Recuerdo haber estado hablando de este álbum con alguien más y tratando de explicar el porqué causa tanta sensación, y haber dicho: “Sabe producir música popular, no es trascendental ni mucho menos”, incluso gustándome sus álbumes anteriores, y creo que no pude estar más equivocada. Hoy más que nunca, en estos tiempos tan llenos de superficialidad y de hype/buzz, en el que creemos que con 3 clicks ya tenemos al indie agarrado por las nuts, que al seguir 5 buzzbands ya somos parte de algo mayor y mejor, y que la búsqueda continuará siendo incesante para aquellos que sentimos pasión por esto, no hay alguien mejor que Kanye, para decirte que no hay que buscar mucho, porque este álbum es tan grande, que es indie.
Como bonus, My Beautiful Dark Twisted Fantasy tiene colaboraciones insólitas (en serio, son una locura), 10 hits indiscutibles, y son 13 canciones en total. Creo que he dicho suficiente.
3. LCD Soundsystem - This Is Happening
James Murphy probando toda su ironía, su buen sentido del humor, su cansancio con las disqueras y toda la falsedad de la industria musical hoy en día, en otro genial LP. Los beats que se interlazan con el punk rock que siempre ha estado en su corazón, la sensación de bailar vs. headbanging - pero sólo un poquito. El punto todo este tiempo con esta banda es que yo tengo la convicción de que detrás de todas estas canciones súper movidas, incluso detrás de las más vacías que puedan parecer en este álbum, como 'Drunk Girls' hay algo más, las inseguridades de Murphy, el punto al que él quiere llegar con todo este rollo, el molestarse en crear música, que para él no es sólo cualquier cosa, en verdad quiere lograr los mejores canciones posibles, y la mejor manera que sabe hacerlo es ésta. Aunque parezca algo más relajado líricamente comparándolo con Sound of Silver, no lo es, en lo absoluto. Aún se percibe la necesidad de llegar al final de todo con This is Happening, el lado sentimental que hacen a esta banda tan grandiosa, y prueba de ello es 'I Can Change' y 'All I Want'. Así que no hay que abrumarse si se descubre que esta es la banda que hace las canciones bailables más impecables en la vida, y un manual de cómo hacer música pop/dance-punk perfecta, curiosamente están llenos de corazón y palabras que te harán identificarte con el comentario más mundano que sale de la boca de Murphy, o de los sonidos de los sintetizadores y guitarras tan simples. Me alegra que haya salido temprano en el año, no podían privar a la humanidad tanto tiempo de lo que estaba pasando en sus cabezas. Y al final, sencillamente James Murphy es cool.
2. Beach House - Teen Dream
La atmósfera que logran capturar Alex Scally y Victoria Legrand es fuera de este mundo. Es, en consecuencia, la que entra en mi categoría de música para aliens. Son melodías que fluyen de manera natural, un regalo que, más importante que cualquier otra cosa, te conmueve. Podría asegurar que cada canción tiene un climax, y es lo que las hace crecer cada vez. Si escuchas el álbum una vez es melancólico, si lo escuchas varias veces es una gloriosa depresión, si lo escuchas compulsivamente es una belleza, con un aura de intimidad que sólo podría lograr este dúo de dream-pop. Todo funciona como debe, especialmente en 'Norway', '10 Mile Stereo', 'Walk In the Park' y 'Used To Be'. La voz de Legrand es un sueño, y se aprecia aún más en este álbum, que sin duda es el mejor hasta la fecha.
El poder de transportarte a otro tiempo y lugar es la cualidad más bella que tiene Teen Dream, como hace flotar cada canción y hacerte sentir que el universo está trabajando para ti, que todo está bien, y siempre lo ha estado.
1. Deerhunter - Halcyon Digest
Bradford Cox es tan talentoso que ha cambiado el modus operandi en los últimos 3 álbumes de Deerhunter, y ha logrado entregar siempre uno de los mejores discos del año. Siendo Halcyon Digest el más inmediato y accesible de todos. Cada canción es tan perfecta, lírica y musicalmente hablando, que cada vez que escogía mi canción favorita sentía que traicionaba a las otras. La melancolía que hay en Halcyon es sólo parte de lo genial que es, porque lo hace con una sutileza que sólo puede ser alcanzada a través de la música trascendental que hay aquí. Aún así no escapa de esos riffs de guitarras que caracterizan a Deerhunter, y que pueden revivir cualquier canción que parezca que no está a la altura de las demás.
Las 11 canciones forman una ola, en el sentido que la intensidad que le baja a tu ánimo 'Sailing' te lo proporcionan 'Memory Boy' y 'Desire Lines', lo atmosférico de 'Basement Scene', se nivela con lo excepcional que es 'Helicopter', y así sucesivamente hasta legar a la inmensa 'He Would Have Laughed', un tributo a Jay Reatard, y una de las mejores canciones del año. La profundidad y tristeza que yo pueda describir aquí sobre esta canción simplemente nunca le harán justicia.
Bradford Cox me sigue convenciendo del poder que tiene para hipnotizar, y hacerte sentir nadando en estática - más limpia esta vez – y en la ansiedad que es mi compañera, cada vez que escucho música tan bella como esta. Bien hecho.